Podemos clasificar los dolores de espalda según la zona afectada.  Así, distinguimos entre dolor cervical, dorsal o lumbar.
El dolor cervical incide en la zona superior de la columna y puede trasmitir malestar hacia la cabeza y hacia los hombros. Los dolores de esta área suelen estar asociado a malas posturas.

Por otro lado, el dolor dorsal es el que se produce en la parte media de la espalda, ocupando la mayoría de nuestra columna vertebral. Los sobreesfuerzos son la causa más característica de los dolores presentes en la región torácica.
En cuanto al dolor lumbar, tienen lugar en la parte final de la espalda y es el más común. Se produce principalmente por una lesión, la realización de movimientos repetitivos o por falta de actividad física.

Factores de riesgo para el dolor de espalda
Además de por la presencia de determinadas patologías o el sufrimiento de lesiones, encontramos una serie de factores de riesgo que pueden promover la aparición de dolores de espalda.
Entre ellos encontramos la edad, el sobrepeso, la adopción de malas posturas, fumar, beber alcohol o no realizar deporte frecuentemente.
Esto pone de manifiesto la importancia de llevar una vida saludable que nos permita vivir sin dolores.